Oscar On jueves, 18 de noviembre de 2010

El otro día me preguntaba por qué la gente anda tan inquieta con nervios, angustia algo no les deja vivir, pero esto no solo les ocurre a personas con razones objetivas para mirar al futuro, no también a aquellos que creen tener el futuro sustancialmente resuelto.
Jean Guitton describe a las personas como un grupo de animales que olfatea pero confusamente ya que se acerca la tormenta y relinchan inquietos. Se sabe que la humanidad no puede ir mucho tiempo por el camino que lleva, porque si esto sigue así la humanidad seria destruida por su propio progreso y es hora cambiar. Este cambio no saben ni cómo ni cuándo hacerlo, así que tantos cambios y nada cambio, diagnostica Guitton que el ritmo de crecimiento actual no podrán ser mantenidos con armas atómicas ni supererotismo y quedara en evidencia si elegir entre el ser y la nada. En épocas pasadas se creyeron en la revolución y políticas, pero ahora quienes creen en eso están en que pueden hacer más que poner parches o trasladar la inquietud de unas personas a otras o de unos temas u otros, podrá cambiar los nombres y apellidos de algunos pero no desaparece la ambición ni las ansias de dominio. Pero yo voy a utilizar la palabra amor, para que sirva de respuesta para los que no tienen la fortuna de creer, para mí la única puerta de salida de la inquietud es la creación de la pequeña fraternidad, amar, ser querido, luchar porque sean más felices, quienes nos rodean en casas, vecindarios, oficina. Confiar en que el amor crecerá, ya que no como una gran inundación, si, al menos como una mancha de aceite en torno a cada uno de nosotros. Y en todo caso estoy seguro que lo que propongo nos llevara tras de sí un rastro de sangre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

amigos

amigos