Oscar On martes, 28 de septiembre de 2010

El asunto de la igualdad entre el hombre y la mujer no está ni mucho menos zanjado, en muchos puestos las mujeres ocupan un puesto secundario, por que en parte algunos y algunas de los que defienden la igualdad de derechos de la mujer se han empeñado en mantener dos posturas poco afortunadas que son:
Hacer tabla rasa entre el hombre y la mujer, confundir igualdad con uniformidad. Hay que admitir que hombre y mujer son iguales en dignidad, en derechos, en oportunidades que debe recibir, en la consideración como seres humanos, etc.
El segundo error es consecuencia del anterior ya que por no profundizar y avanzar en la comprensión de esta igualdad, diferenciación, el discurso del cierto “feminismo” se ha vuelto reiterativo. Junto a igualdades que hombres y mujeres deben tener, tenemos que saber admitir la existencia de una feminidad y la existencia de una masculinidad. Al hombre le gusta ser masculino y a la mujer le gusta que sean reconocidas como muy femeninas.
Lo cierto es que las mujeres han estado marginadas y sometidas, y aun lo siguen estando en buena medida, pero la solución no la conseguiremos si no admitimos, junto a la igualdad la diferencia en cualidades, y negar esto es cerrar los ojos ante la verdad.

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