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Una de mis muchas manías es ver la televisión sin voz. Algunas veces prendo el aparato para ver que poner, si acaso me encontrara con algo que me interesara pero no soy ni mortificado ni escenas de mal gusto ante las telenovelas hablando de las personas que contraen matrimonio se ven muchas peleas, expresiones de mal gusto, unas cara de no sé qué. Me pregunto yo si ¿la vida conyugal será así en verdad en tirarse los platos?
No le encuentro el motivo por el cual sean así, en mi infancia mis padres casi nunca fueron así, a más de pequeños desacuerdos que no pasaron a mayores cosas no tuvieron duración ni importancia, pero por lo que me cuentan y sobre todo lo que cuenta la tele eso debe ser una excepción. Estas cosas siempre suelen comenzar por tener la razón y la verdad sobre algo y lamentablemente esto crea polémica antes ello nos irritamos cuando vemos que no tenemos oportunidad ante el que tiene la razón, pero lo único que importa ya es ganar la discusión ante el que estamos peleando. La ira es igual que la borrachera, como una locura transitoria, que la mayoría de las veces trata de ocultar lo asustados que estamos o que somos cobardes.
Como escribía Thomas Fuller, “Hay dos cosas que un hombre nunca se debe enfadar: por la que puede remediar, porque mejor es dedicarse a remediarlas que enfadarse. Y por las que no puede remediar, porque ya no vale la pena si son inevitables